Entramos ya en Semana Santa, un tiempo que siempre nos lleva a reflexionar y a reunirnos en torno a la figura de Jesucristo. Esta vez, como todo acontecimiento importante, la viviremos de una manera diferente por las circunstancias de crisis que vivimos en el país.
Si bien el mundo cristiano no podrá ser parte del Vía Crucis por prevención, y tampoco podremos asistir a la vigilia o a la misa el domingo de resurrección, lo que sí podemos hacer es encontrarnos con Jesús desde nuestras casas, porque él mismo dijo: “levanta una piedra y me encontrarás allí”.
He recibo muchas llamadas y mensajes de personas del mundo religioso, de diferentes credos, y la postura de todos es la misma: refugiarnos en la fe, ser responsables y pedir a Dios porque esta pandemia afecte lo menos posible a Chile y a nuestra gente.
Les cuento esto porque pienso que, cuando creemos que todo es adverso, aferrarse a la fe y a la oración es una forma de estar en armonía, y llenar nuestra alma de esa paz que tan ausente ha estado estos últimos tiempos.
Estamos en tiempos en que la unión es vital para salir adelante. Como han dicho en diferentes campañas de prevención del coronavirus: es tiempo de unirse estando separados, pero si hay alguien que nos puede ayudar en esa causa, ese es Jesucristo.
No importa de la religión que seas, lo importante es que la fe en Dios es solo una y, para los que somos creyentes, eso es lo que nos mantendrá más unidos que nunca en torno a la esperanza.