El agua se puede distribuir por la superficie lunar, y no se limita a lugares fríos y sombreados.
Por primera vez se confirmó la presencia de agua en la superficie de la Luna iluminada por el Sol. Este hallazgo fue desarrollado por el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (Sofia) de la Nasa.
Sofia detectó moléculas de agua (H2O) en el Cráter Clavius, uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna. El agua estaría en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, atrapada en un metro cúbico de suelo esparcido por la superficie lunar.
Paul Hertz, director de la División de Astrofísica la Sede de la NASA en Washington, explicó que “este descubrimiento desafía nuestra comprensión de la superficie lunar y plantea preguntas intrigantes sobre los recursos relevantes para la exploración del espacio profundo”.
Los científicos deberán determinar si el agua que encontró Sofia es fácilmente accesible para su uso como recurso.
Sofia es un avión Boeing 747SP modificado con un telescopio de 270 centímetros de diámetro, que alcanza más del 99% del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra para obtener una vista más clara del universo infrarrojo. Vuela a altitudes de hasta 45.000 pies.
Usando su cámara infrarroja FORCAST, se pudo captar la longitud de onda específica única de las moléculas de agua, a 6,1 micrones, y descubrió una concentración relativamente sorprendente en el soleado Cráter Clavius.
Sobre el origen del agua, podría ser debido a los micrometeoritos que caen sobre la superficie lunar, transportando pequeñas cantidades de agua. Otra posibilidad es que podría haber un proceso de dos pasos mediante el cual el viento solar entrega hidrógeno a la superficie lunar y provoca una reacción química con los minerales que contienen oxígeno en el suelo para crear hidroxilo. Mientras tanto, la radiación del bombardeo de micrometeoritos podría estar transformando ese hidroxilo en agua.
Naseem Rangwala, científico del proyecto Sofia afirma que “es increíble que este descubrimiento surgiera de lo que era esencialmente una prueba, y ahora que sabemos que podemos hacer esto, estamos planeando más vuelos para hacer más observaciones”.
Los vuelos de seguimiento de SOFIA buscarán agua en más lugares iluminados por el Sol y durante diferentes fases lunares para aprender más sobre cómo se produce, almacena y mueve el agua a través de la Luna.
Fuente y fotografía: NASA