Los niños de la Escuela Rural Escritora Marcela Paz, con el apoyo de sus profesores, se sincronizaron de manera digital para cantar “Hay secretos chiquititos”, canción que abarca temáticas de prevención de abuso sexual y problemáticas emocionales de la infancia en cuarentena.
Tras las crisis sanitaria, la Escuela Rural Multigrado “Escritora Marcela Paz”, de Salto de Agua en la región del Maule, debió cesar las clases presenciales como todos los establecimientos educacionales del país, adaptándose a esta nueva realidad. Si bien la escuela no contaba con los recursos para becar a todos los estudiantes con internet, sí supieron utilizar otras herramientas como redes sociales, Whatsapp y la tablet del colegio para entusiasmar a sus alumnos y alumnas.
En este escenario, el equipo docente de la escuela decidió integrar los aprendizajes del currículum en actividades que tenían sentido para los estudiantes, situando el foco en sus intereses, su contexto, formación personal y emocionalidad.
““El que canta su mal espanta” dicen algunos acá en estas tierras, pero cantar no es solo un espantador de males, también es una excelente herramienta para empoderar y educar a través de la letra de una canción. Bajo esta convicción se nos ocurrió la idea o desafío de hacer un coro por Whatsapp”, cuenta Carolina Moraga, quien además de ser directora de la Escuela Escritora Marcela Paz, es parte del equipo de Fundación Escuela En Acción, organización que se dedica a capacitar a docentes y colegios de todo Chile, a través de metodologías de aprendizaje activo, vinculando a los estudiantes con su contexto y la tecnología.
“Hay secretos” del grupo argentino Cantincuénticos, ese es el título de la canción que debieron cantar los y las estudiantes, que aborda la temática de la prevención del abuso sexual y situaciones que afecten emocionalmente a los y las niñas en tiempo de pandemia. En las sesiones cada uno debía dar lo mejor de sí, enfrentando las dificultades que implica enseñar y aprender a distancia, algo que resulta complejo, no solo por la modalidad remota, sino por la falta de acceso a recursos digitales tanto de alumnos como profesores, que se incrementa en sectores rurales.
“En esta experiencia todos y todas nos vimos en la necesidad de alfabetizarnos en lo digital. Padres y madres del mundo rural, aprendieron a descargar aplicaciones y junto a sus hijos aprender a usarlas, profesores adaptando o innovando estrategias para enseñar según sus posibilidades y estudiantes controlándose para usar la tecnología en una tarea y renunciar a un juego. Fue un gran aprendizaje”, agrega Carolina.
Martín Cáceres, director de Escuela En Acción, refuerza la importancia de apreciar las oportunidades de innovación pedagógica que se abrieron este año y asesorarse, si es necesario, en encontrar e implementar nuevas metodologías de aprendizaje, porque asegura que “el mayor error es querer aferrarnos a la enseñanza tradicional y traspasarla al formato digital, ya que el cambio es potente, por ende también debe serlo la manera de vincularse con el conocimiento”, sentencia.