La afasia plantar, las heridas por fricción y las lesiones en las articulaciones del pie, el tobillo y la rodilla, son las más comunes. Académicos de la Escuela de Kinesiología comparten recomendaciones para realizar esta actividad disminuyendo los riesgos.
“El calzado desempeña un rol fundamental y marca la diferencia”, advirtió Hugo Tapia Gallardo, académico de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Católica del Maule (UCM) respecto a los elementos fundamentales a la hora de hacer excursionismo o trekking, actividad que se vuelve común en épocas de calor.
“El zapato debe resistir la tracción, debe tener una planta firme y rígida y debe ser de media caña o tipo bota si el terreno es demasiado irregular, pues contribuye a disminuir el estrés en el pie”, explicó.
El académico puntualiza que, en caso de caminar por varias horas seguidas, se debe intercalar con un zapato de media caña según el terreno porque “se genera una tensión excesiva sobre la afasia plantar que son los tejidos conectivos que están en la planta del pie; eso puede generar dolor allí y en otros músculos”. El calcetín también es importante y debe quedar bien adherido para evitar fricción y sudoración excesiva.
Tapia recomienda el uso de bastones, ya que sí son una buena idea como accesorio. “La altura debe coincidir con la de la articulación de cadera para anclar las manos y que esto permita mayor descomprensión del peso, porque la mayoría de los senderistas llevan mochilas con muchas cosas”, comentó.
Lo ideal, dijo, es llevar la menor carga posible, además de “hidratarse adecuadamente y tomarse tiempos de descanso después de 30, 45 o 60 minutos de caminata continua”, expuso.
Para novatos en trekking
“De buenas a primeras, en un territorio agreste de alta montaña, no es recomendable para personas inexpertas, lo mejor es comenzar con rutas más accesibles que estén demarcadas y que permitan un rato grato con la naturaleza de forma segura”, aconsejó el académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCM.
Por ello, quienes tengan como meta, terrenos más complejos deben prepararse con, al menos dos meses de anticipación y aquellas familias con niños, “pueden llevarlos a parques o reservas naturales con senderos más planos y accesibles”, recomendó.
“Pacientes hipertensos o con limitación crónica del flujo aéreo”, deben evitar los terrenos muy altos porque la concentración de oxígeno es menor y quienes tengan cualquier afección articular, especialmente en la rodilla, deberían evitar esta actividad.